lunes, 17 de septiembre de 2012

Siéntase bien… bajo su propio riesgo

Otra aportación hecha a esa modesta revista, así es como yo visualizo el tema. Sé de antemano que muchas cosas han cambiado, pero no esta demás recordar esta frase:

Quien olvida su historia está condenado a repetirla

Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana 

Esa es la frase escrita en la entrada del bloque número 4 del campo de Auschwitz I, en polaco y en inglés:
Kto nie pamięta historii, skazany jest na jej ponowne przeżycie.

The one who does not remember history is bound to live through it again.
Fuente: Bitácora de javifields (por cierto muy buen blog) 

Aquí comienza mi artículo completo:

Siéntase bien… bajo su propio riesgo

“Me siento bien… ¿Pregúnteme cómo?”
¿Quién no ha visto esta frase publicitaria en un botón ornamental que algunas personas portan? No  solo me refiero a la marca, si no a la idea que se le ha vendido a la sociedad a lo largo de la historia: ”todo lo natural es inocuo”, y es que con la  ola de enfermedades que afecta a la  grandes urbes se busca en la naturaleza alguna respuesta mágica a la dolencia de la población. Solo en América Latina el mercado de complementos alimenticios en el  2007 alcanzó los $ 2,500 millones, donde Brasil y México juntos representaron el 67% del consumo.  El marco regulador en América Latina es relativamente nuevo. El mercado más amplio de países como Brasil y México posee excelentes normas para medicamentos de venta sin receta médica, de venta libre u OTCs (del inglés Over the counter), pero la capacidad para hacer cumplir los reglamentos es limitada en muchos casos. De hecho los suplementos alimenticios sólo recientemente se están viendo como una clase separada de los productos procedentes de los productos farmacéuticos y alimenticios. Otro elemento adicional es que la denominación de estos productos no está estandarizada u homologada en el ámbito latinoamericano, observándose en los instrumentos legales designaciones tales como complementos alimenticios o suplementos dietéticos, dietarios, alimenticios o nutricionales aunque en términos generales desde el punto de vista regulatorio son considerados como alimentos, existen diferencias en la amplitud de cobertura de sus definiciones teóricas en las normativas.
Si bien muchos de estos productos esta en el horizonte entre un medicamento y un suplemento alimenticio, aún esto no está completamente delimitado, sigue habiendo gran cantidad de lagunas legales para poder hacer que productos con una acción farmacológica sigan siendo catalogados como suplementos alimenticios que tienen un menor rigor en el proceso de venta y dispensación. El tema ha sido casi histórico,  porque la venta y dispensación de medicamentos está avalado por una casa productora, la cual tiene toda la responsabilidad legal y moral del uso de sus productos, pero los suplementos alimenticios parecen dejar al lado ese punto importante, la leyenda: “Este producto no es un medicamento. El consumo de este producto es responsabilidad de quien lo recomienda y de quien lo usa”, a simple lectura no causa mayor impresión, pero si hablamos de un problema relacionado con la ingesta de estos productos la pregunta  al aire seria: ¿Consumir o no bajo tu propio riesgo?

Saludos...
 

 

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